Tengo una taza de café al alcance de la mano,
también tengo un miedo y varias dudas,
una cita cancelada y una llamada que olvidé hacer,
un libro que no he leído y varios mensajes sin responder,
una realidad en crisis y severas dudas sobre el futuro,
una lista de pendientes profesionales, otra de compras
y una más, la de las amistades falsas.
Una hora para salir,
una conversación a la mitad,
una montaña de ropa sucia
y unas botas que necesito reparar.
Dos gatos hambrientos,
dos guiones sin terminar,
una uña rota, un ojo rojo
y la fatiga normal de la ciudad.
Tengo angustia y ansiedad, cólicos e incertidumbre.
Tengo tareas, errores y apuestas.
Pero tengo sonrisas, tengo una taza de café.