domingo, 21 de mayo de 2017

Calor


Se atreve a besarme el viento 
cada diez segundos, 
–no menos, no más–.
Lame mi piel su aliento
en el más fresco de los besos
y, helado, se va.

Y yo, ardiendo,
aquí en mi silla, 
sudando, inmóvil,
espero que gire la vida, 
se reinicie el planeta,
y de vuelta el ventilador.

–≠